¿Por qué
te gusta la poesía? Me decía mientras
escribía una nueva estrofa en mi espalda… Con cada beso que dejaba huella en el
alma. ¿Será posible?, ¿Cómo se toca el alma? Con un suspiro creo a veces, con
una mirada o con esa media sonrisa que me dá, mientras me ve directo a los
ojos. Es probable, es incierto, la verdad no la sé, solo conozco lo que siente
mi piel cuando me toca, cuando me besa, cuando su carne y mi carne se hacen
una.
¿Impropio
pensarle? ¡Impropio no desearle! Si su silueta se me asemeja a un paraíso del
que solo una persona con gran inventiva podría crear en sus textos, en sus
imágenes.
Cúmulo de
emociones, ideas que salen de la nada y yo su cómplice, la más leal, la que
quiere llevar al mayor de lo éxtasis la nueva locura a ejecutar, nervios al
pensar, dudas, pero al final siempre le diré que sí, y así nuestra historia
tiene muchos escenarios, esa historia que empezó de la manera no pensada, no
vista, solo dada, esa que si sale a la luz, nos dirían que nos firman para
llevarla a la pantalla. Pero no somos así, somos dos seres que se conocen, se
cuidan se complacen porque se quieren o se quieren porque se complacen ¿Será lo
mismo? No, hay una línea delgada que cambia todo… Y empieza con querer.
Quererlo
en cualquier tiempo, en cualquier circunstancia, con sus manías, esas que me
vuelven loca de pasión, que me divierten, que me demuestra lo que siente al
tenerme cerca.