Quisimos jugar a la casa, le esperé haciendo
alguna tarea doméstica, él entró como el señor del lugar. Me vio de frente,
cerró despacio y se dirigió a la cocina, donde me encontraba, no me dejó
preguntar qué tal su día, cuando ya tenía un beso en mi boca, su mano bajo mi
falda y la otra acomodando las compras, ¡Espera! –Susurré- pero caso omiso fue el resultado, de todas
maneras en un suspiro me roba la capacidad de rechazar, solo de amar queda… Y
me encuentro ahí entre las especias, las verduras, preparando la cena
preferida; Nosotros.
Suena mi música favorita, lo que estaba en la
estufa puede esperar, lo que descongelaba, en un instante estuvo, nuestros
cuerpos ardían. A ratos besos tiernos, a ratos apasionados, locos, entregados,
fiel amante, que me encanta, mi lobo, ese ser mítico, mitad hombre, mitad
animal, no sé si he conocido ambas partes, si he disfrutado ambos seres, pero
cuando su sexo y el mío se juntan, el animal predomina, creo que soy su luna,
la que posee de a ratos, y que a veces solo puede verla a distancia. Soy esa mujer que te sonríe, esa
que sabes que te muerde despacito los labios solo para que recordar que algunas
heridas tienen buen sabor.
De repente uno de mis pies es besado por él, y
va subiendo poco a poco por mi pierna, me mira, y se pierde entre el espacio
infinito de mi ser, y yo, me siento como el universo mismo, descubriendo con él
y gracias a él, una nueva galaxia.
Mi respiración acelerada, quiero hablar, gritar,
pero solo logro ¡Ahhhh! En voz bajita, digo yo. Se detiene, levanta la ceja
derecha, media sonrisa ¿Sigo?- Jamás le dije que se detuviera- Él mandaba esta
vez, me dirigía, me daba muerte a fuego lento,
luchando por no cerrar mis ojos, en ningún instante, para presenciar
cada momento, donde él era mío, mío de deseo.
Mis manos, arañaban su espalda, mis piernas lo
presionaban y mi boca le comía a besos. ¿Puede un cuerpo desear a otro con
tanta magnitud?, Si alguien me lo hubiese preguntado, dudaría, pero al verlo,
todas mis incógnitas se resuelven.
No puedo decirles como termina esto, porque
años atrás se empezó a escribir y tenemos un pacto sin final.